SEPTIEMBRE, LA
EXPERIENCIA Y UN PROPÓSITO
Mes
nuevo, septiembre. A mí me encanta estrenar, lo que sea. Pero , este nuevo estreno da vértigo.
Temporada nueva, cambios, nueva organización. Y, como en el cole, compañeros nuevos.
Nuevos no, ya nos conocemos pero hay que trabajar en equipo por primera vez.
Otro período de adaptación y yo sin mi paisaje de mar de fondo.
Aunque
dicen que “la experiencia es un grado” , creo que la realidad no es así. Se
necesita experiencia para todo, sobre todo, para trabajar, pero , realmente lo
que vale es la capacidad de cada uno para adaptarse a nuevas situaciones. Y eso
es lo complicado , realmente.
Cuando
llevas muchos años trabajando en algo, crees, quizá equivocadamente, que la
experiencia se valora. En algunos casos no, porque, en este mundo moderno, lo válido
es saber ir al ritmo. Con lo cual, bailar acompasados, requiere práctica,
adaptarse y paciencia e ilusión. He ahí el quid de la cuestión. Creo que creer en un
proyecto es lo que nos hará desarrollarlo plenamente o lo mejor posible y dar
lo mejor de nosotros, con experiencia o no. Y confiar. La confianza en
personas, grupos proyectos no se regala, no te levantas una mañana
confiando.
Y,
en este mes que estrenamos, vamos a ilusionarnos, por salud mental, con
proyectos nuevos, laborales y personales.
Como
septiembre es el nuevo enero, me he apuntado al gimnasio, si, porque en
invierno preferí ganchillear bajo mi mantita y , claro, tengo asuntitos
pendientes. Ahora tengo que cuadrar mis horarios, los de mis hijos, los de las
extraescolares, los de mi marido, los del gimnasio….El calendario de la puerta
de la nevera va a llevar todos los colores del arcoíris. Todo muy fácil, que
estoy en esa fase positiva que me dura hasta el día 10 de septiembre, luego
entro en pánico.
Dicen
los psicólogos, que se necesitan 21 días para hacer algo diariamente y que se
convierta en hábito. Tengo 21 días de buenos propósitos por delante,
confiando en mi poder de superación y paciencia. ¿Progresaré adecuadamente? Me tengo que comprar una agenda porque no me
caben los post-it en la puerta de la nevera.
En
el chat de mis amigas favoritas, jugamos a las adivinanzas. –“¿A que no sabéis quién me ha dicho…?” Para qué queremos más. Más nombres que en la
lista de Lopetegui surgieron, y fotos. Y peinados imposibles que encontramos
por la calle. No sé si es que somos muy clásicas o es que no somos tan atrevidas.
Esas coletillas con el pelo rapado, por favor.
Otro propósito de septiembre, hacer algo con mis pelos. Un corte
bonito y elegante, nada raro. En lesalonmadrid te aconsejan para que
te veas guapo, te asesoran dependiendo de tus gustos pero quizás hayan tenido
que vérselas con una petición sorprendente. Gracias a Dios, todavía no
celebramos en España el día de “los peinados locos” como en EEUU. Allí tienen
un día para dar rienda suelta a su imaginación y es alucinante. Yo, bastante
hago , con hacerle trenzas a mi hija. Que no vean mis niños esto que me veo comprando
gomina, a tamaño industrial, para los próximos carnavales.
Entonces,
para septiembre, gimnasio, agenda, 21 días de hacer las cosas bien, pensar en
positivo para que me salgan las cosas bien, confiar en mí misma para
convencerme de que puedo, calendario gigante en la nevera para ver horarios
imposibles, ilusionarme para hacer que me experiencia sea un punto a favor, no
dejar que los grupos de whatsApp de padres acaben con mi ánimo y mi
motivación.
Tengo
confianza, yo puedo, 21 días.
Y
en cuanto al lío del cambio horario, ¿dónde puedo votar el horario que quiero?
En
mi calendario de las emociones pone Agosto ,euforia, septiembre, asombro.
Septiembre
lleno de sorpresas. No me las quiero perder, por si acaso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario