jueves, 10 de abril de 2014

HISTORIAS DE LA PRE-ESCUCHA

        De la radio hay muchas historias, sobre todo, de aquellos que se sientan ante un micrófono, independientemente del tipo de comunicación que hagan. Se han escrito muchos libros sobre programas y contenidos radiofónicos. Pero hay otras historias, las del otro lado del cristal. Historias del que realiza el programa, técnicamente hablando. Aunque muchos no se hayan dado cuenta , forman parte del programa, no de los contenidos, pero sí del producto final. Y un buen técnico intenta que el conjunto quede "bonito".
        Y hay historias que no salen al AIRE. Historias que sólo se cuentan cuando se cierra el micrófono, historias que se cuentan como secretos suponiendo que no salen de ahí, y así debe ser.
Gracias a la PRE-ESCUCHA podemos reorganizar lo que va a pasar después y descubrir cosas, como por ejemplo, el humor del locutor ese día, su grado de amabilidad y paciencia ,su visión personal de cualquier cosa o incluso el número de palabrotas que sabe decir sin respirar. Pero este es nuestro día a día. 
          Y en ocasiones cada oido lo utilizamos para escuchar una cosa, que para eso tenemos 2 orejas y no se puede escapar nada. Siempre le digo a mi gran amiga Roci que casi valemos más por lo que callamos que por lo que hacemos.
         Porque eso es un valor añadido. Saber lo que NO puedes contar, saber bajar el volumen o apagarlo para no escuchar "ciertas" cosas, respetar al que tienes enfrente igual que esperas que te respeten a ti.
 Saber escuchar....Hay personas que deberían hacérselo mirar
          En mi familia hablamos mucho,si, todos, además . Pero, en contra de lo que podais pensar, somos buenos "escuchantes". Nos gustan las historias, contarlas y que nos las cuenten, de ahí también que hay quien "siempre" venga a confesarse en esta ventanilla. Y eso está muy bien, pero según con quien. Otro fallo es que nos acumulamos, se nos cruzan las ideas y debemos recopilar e ir cerrando temas para no mezclar churras con merinas. Somos muy del "por cierto...". Error, entramos al pie y se descabala al narrador que no sabe cuando hilar. Pero eso sólo cuando hay confianza. 
      Y siempre hay quien habla más que nosotros, ¿verdad Ori? Lo mío no es tan grave. Creo que se me da mejor escuchar. Ceder la palabra y saber cuando callar debería ser asignatura obligatoria como tal. Y mira que hacemos esfuerzos cuando, somos padres, para enseñar a los niños a estar callados cuando hablan los mayores, no interrumpir....Pero alguno,¡suspenso!  
Aquí conocemos a uno que cuando le dices buenos días te puedes ir dando por perdida. Y pasan a tu alrededor tus amigos y ninguno interviene en la conversación ni hace amago de salvarte. Y tú pensando:"no he sabido medir mis fuerzas, ¿como salgo de esta?"  y suplicas que alguien se compadezca de ti para huir sin que parezcas una desagradable.

     Es fundamental tener alguien con quien desahogarnos, tener un hombro para llorar, un confidente amigo que guarde como oro nuestros secretos. Pues ese es el valor de la Pre-Escucha, no tan personal e íntimo, pero sí confidencial.
 Hay quien nos entiende con sólo mirarnos y hay quien no queremos ni que haga el esfuerzo de interesarse por si acaso.
    A todos nos gusta sentirte parte valorada de un grupo,equipo,clan. Mayores o pequeños, con amigos,familiares o compañeros. A los técnicos también.
Gracias a todos los que sabeis y quereis escucharme, aunque sea un poquito. Emocionada y agradecida