martes, 3 de marzo de 2015

ESCUELA DE PADRES

     No hay nada mejor que sentirte comprendido

Cuando eres padre, cualquier ayuda es poca, y continuamente nos asaltan dudas de cómo resolver alguna situación que se nos escapa de las manos, cómo afrontar ciertos cambios, cómo debemos organizarnos mejor, dónde debemos poner los límites...y así hasta el infinito. Sólo conseguimos agobiarnos, sentirnos culpables e incluso malos padres en algunos momentos puntuales. Todo son preguntas y ,dependiendo con quien hables, miles de respuestas diferentes, experiencias comparables de todo tipo y soluciones aplicables, pues....depende.

     Los padres de infantil del Sainz de Vicuña hemos buscado ayuda experta a nuestro saco de preguntas. Con nuestra Escuela de Padres y con ayuda de Joaquín y María del centroenclave poder compartir experiencias, preguntas y soluciones. Quizás, a veces, lo mejor es ver que no eres el único padre en el mundo que se agobia o que se siente superado.

      Para mi, como madre, ha sido fundamental descubrir que lo importante, realmente , es parar, observar, y darme cuenta de cómo es mi hijo, en el momento que está en su desarrollo y acompañarle, sin forzar situaciones, sin prisas. Prisas, el reloj que nos persigue a los adultos, a los niños NO. Ellos tienen su ritmo y debemos adaptarnos. 
Nos falta tiempo, debemos reorganizar nuestros momentos para no acabar contagiando el stress a nuestros hijos.

     Educar es nuestro mayor proyecto. Que nuestros hijos se desarrollen sanos y felices, nuestro objetivo. Y sobre todo, debemos acompañar emocionalmente a nuestros hijos en cada etapa. Su autoestima y seguridad es pieza fundamental. Y su vinculación con el entorno, con sus compañeros, educadores y con Nosotros, sus Padres.
Educamos desde lo que somos.  Y es ahí lo complicado. El sentido común debe reinar en las decisiones que tomemos. Y ponernos siempre en el lugar de los pequeños. Necesitan información, pero no una charla metafísica de lo que pensamos nosotros. No están preparados para tanto. Nos complicamos nosotros. Y nosotros ponemos los límites y los podemos cambiar, pero sin volvernos locos, ni despistar a los niños. Planteamientos fáciles, comprensibles para ellos y con una finalidad concreta, sencilla.


     4 años es una edad maravillosa pero tenemos que tener claro que su objetivo fundamental es ser felices,y hacer lo que quieren hacer, no lo que nosotros queremos que hagan. De ahí el desajuste habitual entre los niños y los padres. 

     

Una de las claves fundamentales en el desarrollo de los  niños entre 3 y 5 años es el tiempo y el espacio. Su tiempo, no nuestro trepidante y absorvente ritmo . Ellos tienen un ritmo de respuesta diferente. Dejémosle un momento para responder, por ejemplo. Y caminan en su propio espacio, su contexto. Y es dentro de ese contexto donde debemos situarnos para entendernos, comprenderles y ser comprendidos.
       Consiste,básicamente, en Evaluar , observar y reevaluar constantemente. Puede que lo de hoy no sirva para mañana porque el contexto de nuestro hijo haya cambiado, o su estado de ánimo, o el nuestro. 
Quizás es mejor advertirle , por ejemplo:.."hoy mamá está cansada, no puede recoger los juguetes, tienes que ayudar..."o .."mamá ahora tiene un problema que resolver, ves a jugar y cuando acabe voy.."Eso mejor que terminar desbordada, enfadada, con la vocecilla de tu hijo reclamándote continuamente. 

     Y todo es cuestión de ESTRUCTURAR. Podíamos resumirlo en buscar la estrategia más facil para ellos y para nosotros. Nuestra misión es poner un orden que entiendan y adaptarlo al momento y a la respuesta. Si no funciona, lo cambiamos. Nosotros decidimos, pero es para el bien común. Para enseñarles y para estar mejor juntos.

    Para mi hijo,por ejemplo, el decir " vamos al baño..." significa NO, NO QUIERO BAÑAR. Ahora le digo..." Al baño ¡venga que cuento!: 1, 2, 3.....7! ¡BIEN! Cada día tardas menos! ¡Me ganas siempre! 

 Es más fácil jugando,incluso entendernos.
Pongámonos un poquito en su lugar,intentemos conocer sus gustos y habilidades. Sin prisas, busquemos "nuestro" tiempo juntos, veamos cómo nos entendemos mejor, probemos, sin miedo a tener que corregir nustra actuación. 
   
 Esta es la misión más bonita y complicada a la vez, pero no la hagamos más difícil todavía.