domingo, 5 de octubre de 2014

MI ROSAL

Hoy me he encontrado una sorpresa al volver de trabajar. Después del tan esperado ¡ Mamiiiiiii! De mis pequeñuelos al abrir la puerta, con besos y abrazos , explicaciones casi inenteligibles de lo hecho en mi ausencia y el olor maravilloso de la cocina a pleno rendimiento, mi queridísima y nunca suficiente alabada madre me ha  sorprendido una vez más con un detallazo de los suyos. Un Rosal, mini, con rosas pequeñitas, rojas, precioso, con su maceta  blanca , en mi rinconcito de la cocina.  Creo que no he expresado suficiente mi ilusión. Ha sido un momento conmovedor. Y ha removido esas ganas de mirar alrededor y ver los pros , lo bueno y dejar el cansancio y las quejas para otro día.
  Y al fijarme me he dado cuenta que hay que relajarse y observar. Que todos tenemos problemas de puertas para adentro. Pero lo importante no son las cosas materiales, que ayudan claro, lo fundamental es saber cuando abrir y cerrar la puerta, sin dar portazos y cuando dejarla abierta de par en par.
   Y como ya hemos empezado el ritmo frenetico del curso, con sus novedades , y su  incesante presión, no hay mejor momento que este para los  buenos propósitos. Si, si, ahora mejor y así en Año Nuevo ya tendremos parte de los deberes hechos .
    Yo estoy haciendo un curso de inglés para refrescar lo que sabía e impedir que mi hija de 7 años sepa más que yo muchísimo antes que yo y poder ayudarla si lo necesita. Voy por la lección 3 con ejercicios  diarios.
    Me he apuntado a pilates. Mi cuerpo lo va a agradecer y voy y vengo andando con lo cual el propósito de andar un poquito más pues, de momento, va también (hasta que lleguen las lluvias y el frío, que ahora que soy Fittipaldi , no se si seré capaz )
     Otro objetivo importante es relajar. Relajar no tanto de respiración y ummm como de " no agobios". Cuanto más hablo con mis queridísimas amigas pijameras, en nuestra TertuliaTerapia siempre improvisada, más me doy cuenta de la importancia de NO DAR IMPORTANCIA a lo que no lo merece. No somos supermamás aunque queramos o lo parezca. Si no llegamos a todo no pasa nada. No estamos descuidando a nuestra familia ni somos peores, sólo somos humanas, nos cansamos  y hacemos lo increible pero también, por salud mental, necesitamos "nuestro espacio" o minutos personales ( que incluyen poder cerrar la puerta del baño y no sentirnos culpables por salir a andar o estar un ratito más en la calle aunque no hayamos puesto la lavadora o planchado el cerro aquel  de ropa que espera en el rincón) Por salud mental y sin necesidad de tomar ansiolíticos hay que buscar lo que nos haga sentir bien , que nos saque una sonrisa, que nos ayude a relajarnos y desconectar por un momento, que sea nuesto. Y si te paras a pensar, si te encuentras mejor, más relajada, sin acelerarte, tu entorno se contagia de esa actitud y el engranaje va encajando solo sin tensiones, ni gritos innecesarios, sin reproches a destiempo.
      Y si se necesita, se puede y se debe pedir ayuda. No estamos solos  y no pasa nada por necesitar un empujón. Es más fácil ir en compañía, o poder pedir consejo o pedir un hombro en el que apoyarse. Siempre hay alguien que te quiere de verdad, que le encantaría ayudarte, o escucharte, o acompañarte, llorar de risa contigo por una tontada e incluso sorprenderte con un rosal.
    La vida es detalle. Y hay que marcarse pequeñitas metas, tener alicientes, ilusiones propias que nos impulsen a "mover el culo", ha hacer algo. Y buscar el lado bueno, que ya que estoy levantada... .
Y sonreir, que la sonrisa es contagiosa, ilumina el alma, los ojos y el camino. Y cantar que aunque la procesión vaya por dentro, se ensanchan los pulmones, se coge oxígeno y refrescamos las ideas.
Y si tropiezo, me levanto, me sacudo y sigo. Si cojeo me apoyo en alguien y si en el camino he salpicado pido perdón, que es dificilísimo pero muy necesario.
     Mis mini rosas son como mis queridas "chicas guapas". Haga el tiempo que haga iluminarán mi rinconcito especial, el que es más mío que de nadie, sencillamente, sinceramente, consiguiendo que sonría cada día y tenga ilusión.
Que regalo tan bonito