Queridos Reyes Magos:
No llego tarde ¿verdad? Hace muchos años que no recibís
noticias y peticiones mías. Pero este año es diferente. Puede que haya una niña
en mi casa que esté perdiendo la inocencia y no hace más que ponerme a prueba.
Me ha obligado a escribir para dar credibilidad a su propia carta. Esta no es
la misiva que he tenido que enseñar en mi casa, pero esta es completamente
sincera.
He sido buena, en general, intento cumplir con mis
obligaciones con alegría y devoción a los míos. Pero no me lo ponen nada fácil,
así que hago esfuerzos de madre (magia y adivinación, según mi hijo) y solemos
salir indemnes y contentos.
Normalmente suelo pediros alguna sorpresa que los niños
incluyen en sus cartas, pero este año necesito que no acabe la magia. Algún
truco, por favor, para que nos ilusionemos todos.Se me están acabando las
ideas. Cuando eran pequeños todo era más fácil.
A Javier, de 8 años, casi le hemos tenido que sonsacar lo
que quería, porque como los Reyes son Magos…no hacía falta escribirlo. Y como
hemos visto tantos pajes reales y Reyes diferentes, ha llegado a la conclusión
que hay muchos pajes disfrazados, nadie sabe quiénes son los auténticos reyes,
juegan a despistar, “son como los espías de las pelis”. Bendita imaginación.
Alicia, con 11 años, no sabe ni lo que creer. Por un lado
duda de lo que se cuenta en casa pero no quiere dar crédito al máximo de
habladurías de corrillo en su patio y amistades. Total, me observa con recelo,
sospecha de cualquier salida de casa no prevista de alguno de sus progenitores,
y juega constantemente con su hermano al escondite por casa. Creo que lo hace
para, según busca al pequeño, mirar escondrijos posibles para regalos.
Este año, creo que no me pillan, pero ando de puntillas y
hago gestos constantes a amigos y familiares para mantener a salvo el secreto.
Agotador todo.
Y quiero que me traigáis, por favor, urgente, un bote de
energías, para no decaer. Y música para bailar y vitaminas para no enfermar,
que no tengo tiempo de estar mala.
Realmente no quiero que se acabe la ilusión. Y los
nervios. Porque entre los suyos, los míos los de si me falta algo y los de
esconder, repartir, equilibrar sin pasarse e intentar sorprender. Añadiendo “os
voy a despertar prontísimo porque no creo que sea capaz de dormir”, que aseguró
el pequeño ayer ya… Bueno, los nervios que sean menos, por favor.
Queridos Reyes, llegais justo al final de un período
navideño intenso y vacacional. Pero final, final. ¿No os habéis planteado
llegar unos días antes? Ya sé que la tradición es así pero ahora entiendo a
quién se decanta por Papá Noel.
Tranquilos, en mi casa eso no va a pasar. Adoro a
Baltasar, sobre todo.
Voy a salir de mi escondite.
Os espero con un ojo abierto y el otro cerrado
Dejaré bombones por “esos momentos de capricho” y
galletas (que tendré que comer o mordisquear.
Tranquilos, conmigo vuestro secreto está a salvo.
Con cariño y devoción
Cinta
PD: No os olvidéis de un tarro grande de paciencia, por
favor, para cercanos y extraños.
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