jueves, 14 de febrero de 2019


 POSITIVISMO COMO TERAPIA
  

   Por carácter soy realista, pero la vida me ha enseñado a ser positiva, por necesidad. Cuando parece que todo está en contra, que el destino solo te pone piedras en el camino, cuando parece que no puedes, entonces es cuando hay que sacar una sonrisa y convencerte a ti mismo, de que todo es posible.
Proponérselo debe ser una actitud.
Hace un par de años, mi familia vivió unos episodios difíciles con mi hija, ahora preadolescente. Alicia, de repente, se encontraba mal, tenía de momentos puntuales dolor de garganta, angustia, ganas de vomitar...Idas y venidas al médico, a urgencias, sin saber qué podía ser. Surgían de pronto, sin fiebre. Gracias a su pediatra, a sentarse con la niña y preguntar y observar, resultaron ser ataques de ansiedad. Horribles, por cierto. La niña se enfrentaba a cambios en el colegio, fin de verano, le angustiaba hacerse mayor, el sentido de la responsabilidad, tenía miedo a que algún familiar se enfermara y la que se ponía mala era ella.
Ahí, más que nunca, tuvo que salir mi lado positivo para ayudar a mi hija. Convencerla de que podía, que era capaz de lo que quisiera, que nada era imposible, que yo la ayudaría, que tenía que buscar el lado positivo, era mi único objetivo.
Y la enseñé a buscar el arco iris, a ver el lado bueno cuando todo parecía feo y a pensar en positivo. Arduo trabajo. Pero, poco a poco, lo fui consiguiendo. Y desaparecieron aquellos episodios que ahora recordamos juntas como los días malos”.
Tengo una super amiga, amiga de terapia y gym, que necesita ver lo bueno en algún sitio, porque la angustia está pudiendo con ella. Y no sé si mi positivismo le puede ayudar, pero nuestra estrategia va a ser Tertulia-Terapia. Ya lo hemos aplicado otras veces. Desahogarse contando tus miedos e inquietudes a tus amigos es energía positiva asegurada.
Además, cuentan los expertos que, todas esas frases de ánimo, que utilizamos en nuestras redes sociales, ayudan a inspirarse. Lo que decimos nos afecta, y si nos lo decimos a nosotros mismos más. Con lo que si nuestro mensaje es positivo, nos predispone a la hora de enfrentarnos a cualquier cosa, ya sea un reto ó un nuevo día. Hasta para empezar bien el día deberíamos automandarnos un mensaje de ilusión.
En el chat de mis amigas favoritas estamos entre la lágrima de pena y la risa por una “malatonta”. Sí, es una manera de describir suavemente a alguien tóxico y venenoso que nos ronda. Mi querida Cris ha tenido que pedir más que nunca por nuestros pecados. Y todo por despejar dudas razonables que imponen ignorantes cercanos. Unos aburridos que no saben lo que es disfrutar trabajando. Y claro, todo esto en horas de chats divertidos y variados. Y somos fuertes y valientes, podemos con todo y juntas mejor.
La lección nos la enseñó nuestra querida Blanca. Cuando todo se volvió feo nos unió más para que disfrutáramos de lo bueno que teníamos. Amistad con mayúsculas. Y de su perfil nuestro lema: “Comienza tu día con una sonrisa y ya verás lo divertido que es ir desentonando por ahí con todo el mundo”
Así que, eso hacemos. Y no hay nada como los ánimos de los que quieres para poder aunque nadie lo crea, aunque no te lo creas ni tú.
Y aunque la procesión vaya por dentro, con una sonrisa se vive mejor. Y ya que amanece y es un nuevo día, vamos a aprovecharlo.
Positivismo como terapia, como vitamina diaria, contagiosa y a cualquier edad.
Y rodearse de personas que nos aporten cosas buenas, de buen corazón, que aunque todo no sea bonito, el camino será más llevadero.
Como decía San Francisco de Asís,”empieza haciendo lo necesario, después lo posible, y de repente, te encontrarás haciendo lo imposible

No hay comentarios:

Publicar un comentario